Gérard de Nerval (Gérard Labrunie), francés nacido en 1808 y muerto por propia decisión en 1855, fue uno de los escritores más interesantes de la literatura. Místico, obsesionado con sus propios aspectos diabólicos, espiritista, creyente en religiones antiguas, contradictoriamente -como toda su vida- fue agnóstico y escéptico.
La obra de Nerval es escasa pero influyente. De él tomaran rasgos esenciales los surrealistas y simbolistas. En ciertos puntos parecido a Novalis y Hölderlin, fue uno de esos escritores extraños y únicos. Autor de los relatos de "Las hijas del fuego", donde se encuentra "Sylvie", de los poemas de "La Quimera", con los extraordinarios sonetos con los que se cierra el volumen.
Nerval es fundamentalmente un poeta. Su preocupación, por momentos delirante, por las cosas místicas y la crisis espiritual de la generación a la que pertenece, es el tema central de casi toda su obra. Como poeta, al igual que la mayoría, resulta, por momentos, casi intraducible, en especial el que, quizás sea su mejor soneto, "El desdichado", donde la desolación por momentos pareciera pretender ser una desesperada lucha final contra la locura. De Nerval padecía una grave enfermedad mental que lo condujo a territorios difíciles de explorar desde la "normalidad". Es esa terrible soledad y desesperación ("Tres veces en las aguas del Cogito me han hundido", escribe de modo desgarrado) lo que lo lleva a ahorcarse. Es hoy un escritor, como tantos otros escritores geniales, casi olvidado. Injusto olvido.
