Juan Rulfo, como se hizo llamar Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Viscaíno (1917-1986) siempre fue considerado uno de los grandes escritores de latinoamerica. aún siendo muy escaso en obras. Escribió "El llano en llamas", con elementos típicos de la literatura mexicana posterior a la revolución, con mucho del estilo de Faulkner, y el que es considerado una obra maestra: "Pedro Páramo".
Rulfo fue alcohólico y estuvo internado. Al salir, aseguró que, durante años, había visto la realidad de una manera, la que la bebida le hacía ver, y, lejos de las borracheras, la realidad se le presentó distinta. "El camino subía y bajaba: 'Sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para él que viene, baja.», le hace decir a Juan Preciado cuando ve Comala; la frase resume esa mirada distinta de la realidad que Rulfo tiene: todo es según se lo mire. En realidad, no es Rulfo el que dice que escribió esto por su manera diferente de ver las cosa sino los que analizan la novela y buscan explicaciones como esta. En el libro,de extrema brevedad y en el que se encruzan lo real y lo imaginario, propios del realismo mágico, Juan Preciado, que no va a Comala sino "viene" a Comala a buscar al que su madre le ha dicho es su padre: Padro Páramo. Pero Comala no es un pueblo, es un sitio, un limbo, en el que conocemos la historia porque los muertos que están bajo tierra nos las cuentan.
Rulfo construye Pedro Páramo tomando a Jay Gatsby, de "El Gran Gatsby", de Fitzherald, que se hace muy rico y poderoso para conquistar a Daisy, la mujer de la que está enamorado y que lo despreció para casarse con otro, Pedro Páramo levanta un imperio para lograr el amor de Susana San Juan que se casa con otro y que, el enviudar y volverse loca, se casa con él. Rulfo toma la narración quebrada, fragmentaria, como la desarrolló Faulkner, del que es gran deudor, también en estilo. Y, fundamentalmente, se basa en "Spoon River Antology", de Edgar Lee Masters, conjunto de poemas en los que los muertos, según se va de epitafio en epitafio, cuentan la historia.
Muchos que lo trataron en persona afirman que nunca conocieron a otro escritor que tuviera tantas dificultades en comentar cómo había escrito la novela. Sin duda, hacían alguna insinuación. Lo cierto es que nada de lo que Rulfo escribió vale la pena a no ser su "Pedro Páramo". La novela se publicó a mediados de los cincuenta. Hasta el día de su muerte y, con alguna que otra cosa muy menor escrita, se dedicó a sacar fotos y asistir a cuanto congreso de escritores y no escritores lo invitaron.